Una silla sin silla.
Eso es lo que diseñó el arquitecto chileno Alejandro Aravena. Simplemente es una cinta que te pasas por la espalda y bajo las rodillas al sentarte en el suelo.
Se ve extraña, pero yo la probé (haciéndome una versión casera con un par de cinturones) y realmente entrega un apoyo para la espalda y una posición cómoda para estar sentado un buen rato.
No sé si estará a la venta, en caso contrario no es difícil hacerse uno.
Visto en: Minimalissimo.
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